A
veces el sueño se escapa de los ojos del soñador…
A
veces las rosas se clavan en manos de quien deseaba regalarlas como gesto de
amor…
A
veces la luz se vuelve calor, y ese calor te quema…
Y
desde que has aparecido me envolviste entre tus brazos, protegiéndome de mi
mismo…
Pero
me soltaste, me enseñaste a vivir a tu lado…
¿Cómo
vivir ahora?, tengo miedo, sin ti estoy tan perdido…
Mis
gritos se extravían en el vacío de mi alma, mi voz se desgarra en vano…
Alguna
vez fuiste tú quien estuvo ahí consolando mi llanto… Alguna vez fuiste tú…
El
suspiro silencioso de mí ser, solamente tú…
Se
supone que mi corazón sanó… Se supone que tu aliento dejó restos de oxigeno con
el cual yo podría respirar…
Pero
todo es mentira, incluyendo esta sonrisa que da vida a tu color…
Estas
heridas se siguen abriendo con el filo del tiempo que pasa y corta sin cesar…
Mi
cielo destiñe su color azul…
Estas
nubes no dejan de llorar... Tóxicos son los besos que nunca debiste darme y
dejaste tatuados como huellas quemadas en mi piel…
Apareciste
cuando estaba en soledad, cuando estaba atormentado por el silencio, llegaste
tú…
Ahora
lo único que deseo escuchar es un “te quiero” que me dediques, pronunciados por
tus mismos labios… Por los mismos labios que alguna vez llegue a rozar…
Me
revuelcan las olas… Pero aún mi cabeza puede sobre pasar el nivel del mar…
La
única razón por la que aún lucho por sobrevivir eres tú…
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