Nur


En mis caídas, tus manos me sujetaban…
En el frío, entre tus brazos, tu calor me abrazaba
En mis deseos, tu piel yo he de anhelar…
En tus profundos ojos me pierdo… Tus labios son mi tentación.

A tu poético nombre escribiré…
El diluvió cayo junto con mi esperanza…
Pero gracias a ti, he reaparecido con el amanecer…
Y al caer la noche, me cuidas… Conmigo te encuentras…

Mi sol se opaca si a mi lado no estás…
Y el deseo ineficaz de decirte lo que mi atribulado e infausto ser por ti ha de sentir; sólo logra turbar mis afligidos sueños de tener tu mustio amor obcecado…

Con un trágico pasado…  El silencio de palabras muertas me aturdía…
La oscuridad de la luz eterna me cegaba…
Solitarios espíritus en mi vagaban…

Pero tú has cambiado eso… Aunque no te tengo…
Me has de encantar… Dos almas entrelazadas juntas, aún tan solitarias…
Dos corazones correspondientes… Aún tan separados…

Caí ante ti como la lluvia de otoño ante las flores…
Eres mi todo… Mi todo…
Y toda la eternidad, tu nombre susurraré…
Y toda la eternidad, ante ti me rendiré.

¿Cómo es posible que cada partícula de tu ser se empeñe en recordar lo que olvidar debemos?
Sólo quiero dejarlo pasar, pero por más que haga… Por más que esté… No logro sacar lo que tu destello dejó en mí…

Al ver que algo puede importar y sentir que solo no estás… Las penas desaparecen en un pensar, y sólo a tu lado deseo estar…
Agradezco por el apoyo que has de dar y eso especial que sólo en tu mirar podré encontrar…
Y tengo razón para tu razón dar… Pero si tu razón es correcta, la razón de tu razón es una razón falsa… No es una razón real… 
Por lo que la verdad es inexistente en la relatividad de un ser que no debe ser relativo…

Así que en este escenario carente de luz…
En este retrato carente de color…
En este ser carente de vida…
Como un fantasma regresaré para florecer entre tus dedos…

Cada roce de tus labios es el despertar de mi mundo…
Cada frase de tu alma es el amanecer de mi noche…
Cada momento a tu lado, se esconde en lo más profundo de mí…
Cada abrazo que me has dado, se eclipsó con mi entrañable luna…

Mi esperanza está en tus manos…
No me dejes caer… No me dejes hundir…
Lo que ocultas, tus ojos me lo revelan…
Lo que no dices verbalmente, en mi lo gritas…

Camino a tu lado… Sobre piedra nuestros nombres escritos yacen…
Bajo el mar, nuestro fuego sigue prendido… Siempre tan eficaz…
En el aire florecemos, como un árbol en la tierra…
Y bajo la luna, la marea de nuestro océano crece… Bajo la lúgubre luna, morimos juntos…

Pero tu mirada me penetra… Hermosos ojos tienes…
Soñaré que te tengo y no despertaré jamás… Para así contigo siempre estar…

Aun recordando aquellos llorosos tiempos…
La aflicción de una creación manchada viene a ser mi tragedia…
Una tempestad se apodera de mí…
Un imperio en ruinas de consternación…

Transité un camino de decadencia…
Pero agradezco haber sufrido por esto…
Porque encontré la flor que nunca marchitó…
Porque te encontré, y en mis sueños por siempre contigo estaré…
Porque te encontré, y por siempre, sintiéndote estaré…

Ordena tus sentidos, y con tu mirar mi ser impregna…
Como un esclavo me arrodillo…
Bajo tu fulgor me encuentro sosegado, tan apacible
Tú alivias mi dolor… En tus majestuosas manos, mis heridas han convalecido…

En el altar de promesas inquebrantables…
Tus pulcras palabras me elevan a las nubes…
Y navegando en el silencioso y solitario universo, he encontrado la gloria…
Por años, estuve en soledad, pero de algún modo siento que esa soledad fue una victoria…
Ahora, en tu boca mis pecados y mis mentiras arden,  se queman…

Y mi vergüenza, respirada por tanto tiempo, ha muerto… Extinta por tu aliento
Un suspiro… Gritado por la miseria
Las palabras secas, pronunciadas para mal…
Las dolorosas palabras cesan ante tu sinceridad

Tu luz… Siempre tan sagaz
Como un hada guías mi sendero…
En corrientes tan oscuras y tan profundas…
Las olas de un lago, convertidas en polvo vuelan y desvanecen a lo lejos…

Todavía lo quiero…
Y todavía me duele…
Pero aún espero, por verte nuevamente…
Pero aún espero, por sentirte nuevamente…

El aire siempre tan desesperado por tocar tierra…
Reclama su descanso… No desea volar más…
Enterraré una parte de mi vida…
Y ahora; Sólo desde ahora, podré merecerte…

Mis ojos se empañan con la nostalgia de no tenerte aquí…
Siento gran añoranza del tiempo que juntos hemos estado…
La concepción de los cementerios pretende huir de los ambientes lúgubres…
El humo ha de languidecer en el aire…
Pero aun así, la esperanza es prospera en ti…

No digas lo siento… Jamás me lamentaré de tus labios haber besado…
Y si ya no logro regresar jamás… Mi amor, quiero que sepas que en tus sueños y en tus recuerdos, mi ser, mi esencia y mi anhelo tú encontrarás…

Me encantará sonreír para tu sonrisa dibujar… Y al observar tu sonrisa por la mía, mi sonrisa se mantendrá en mi rostro para la tuya sostener…
Para tu alegría sostener… Y en mí, tu bondad persistir…
Para así el valor tener…
Las palabras decirte y que entiendas que te amo…
Para que así, en tus recuerdos mi nombre sepultado quede…
Y tal vez… Sólo tal vez, logres entender cuanto te amo…

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